Si no fuera yo, no hubiera hecho la estupidez de irme de esa fiesta después de darme cuenta de que R estaba ahí, sabiendo que las posibilidades de encontrarmelo en una salida con mis amigas, era del 0,01%.
Pero soy así, me aburría y me fui, y creo que el momento pensé más en los $25 de la entrada que en él. No se si será que ya daba la chance por perdida, o algún mambito más. Pero el destino ahora se va a enojar conmigo, no se puede despreciarlo así.
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