martes, 31 de julio de 2012

La noctámbula y la resignada

Roma:-Eu, Li, ¿estás despierta?
Lisa:-Ajam...
Roma:-¿Sabés qué?
Lisa:- ¿m?
Roma:- Encontré un motivo por el cuál me casaría.
Lisa:-eh?
Roma:-Sí, me casaría para que me regalen los electrodomésticos.
Lisa:-¿Porqué?
Roma:-¿Cómo porqué? Fijate, trabajando así, no me voy a poder ir a vivir sola, nunca. Hasta que termine de estudiar, mínimo, así puedo trabajar todo el día. Pero ponele que me voy a vivir con una amiga, comparto gastos, o la casa me cae del cielo, o me duplican el sueldo. Suponete que tengo casa, y que con el sueldo como, y los gastos. ¿Cuál sería el problema?
Lisa:-¿Cómo te va a caer una casa del cielo Ro?
Roma:-No importa, era hipotético eso. Ponele que puedo pagar el alquiler todos los meses, ¿Qué me falta?
Lisa:-¿Un novio?
Roma:-Uh Lisa no, cómo me rompe las bolas que digas esas boludeces.
Lisa:-Pero acabás de decir que te querías casar, boluda.
Roma:- Sí, pero para solucionar el problema de los electrodomésticos. Imaginate que me alcanza el sueldo para el alquiler, y la vida. Pero de donde saco la plata para la heladera, la mesa, televisión, una cama...
Lisa:-La cama no es un electrodoméstico...
Roma:-Bueno, los muebles Lisa, ¿De donde los saco?
Lisa:- ¿Te los compra tu marido?
Roma:- No, tarada. Te los regalan para el casamiento.  Para eso se debe haber inventado el matrimonio.
Lisa:-Sí, seguro...
Roma:-Enserio te digo... ¿Vos te acordás que nosotras decíamos que nos ibamos a ir a vivir juntas cuando tuvieramos trabajo?
Lisa:-Pero nos mataríamos...
Roma:-No me vas a matar, después de tantos años de amistad...
Lisa:-Bueno, pero si te casás para que te regalen las cosas no te podés ir a vivir conmigo...
Roma:-Mm, tenés razón. Sino podemos decir que somos pareja y tener un matrimonio igualitario.
Lisa:-Es buena esa... Pero mirá si nos discriminan y no nos regalan nada. Mi familia es un poco retrógrada.
Roma:-La mía tambien, pero algo nos van a regalar, es un casamiento.
Lisa:-Sí, pero para mí nos van a regalar menos cosas.
Roma:-Bueno, podemos juntarnos con dos amigos que quieran hacer lo mismo, y cada una se casa con uno...
Lisa:- Pero es lo mismo, hay que darles la mitad de las cosas.
Roma:- Es verdad. A lo mejor nada más podemos conseguir dos chicos que quieran ser maridos falsos, y les pagamos de otra forma...
Lisa:-¿De qué forma?
Roma:- em...
Lisa:-...
Roma:- ¿Favores sexuales?

Lisa:- Buá, nos fuimo' al pasto.
Roma:-Bueno che, me quería independizar.
Lisa:-¿Cómo llegaste a todo esto?
Roma:-Estaba viendo tutoriales de Adobe Illustrator, para poder editarme yo misma los trabajos.
Lisa:-¿Y estaban buenos?
Roma:-No. Por eso tuve que empezar a pensar otra forma de comprarme los electrodomésticos...

domingo, 29 de julio de 2012

Reina personal

No, nunca hice lo que quise. Pero conocí a una mujer que si. Se paseaba por los bares y todo para ella era gratis, nunca ví que le cobren una cerveza. Una vez nos llegaron tres misteriosas botellas de vino antes de que el responsable, rey del barsito-quiosco de más malísima muerte de toda la avenida, revelara que era él. No, por si cabe duda, ella nunca derrochó ni un beso por eso. Solo palabras. 
 Siempre había alguien dispuesto a acompañarla hasta el fin del mundo, y en el fin del mundo la esperaban también. Bastaban dos minutos de conversación para que cualquiera la declare la más simpática del Oeste. Pero por simpática no dejaba de ser linda, la más linda de todas para mí. Se le perdonaba todo. No tenía excusas, tenía una sonrisa transparente que confirmaba que no tenía mala intención. Así podía reprochar que la hicieran esperar quince minutos, aunque a ella cualquiera la esperaba dos horas tarde. Dos horas enserio. Y la vi tardar cuatro, cinco, seis. Pero siempre cumplía, siempre llegaba a la fiesta, aunque fuera a las siete de la mañana para ayudar a levanta a los caídos.
Yo nunca la esperé tanto, pero no por preferencia ni compasión conmigo. Mi táctica para no sentir el abandono fue ir siempre yo, a buscarla hasta la china.
Si yo no fuera yo, la habría envidiado (cómo tantas). Pero tuve el extraño privilegio, un día, entre mal entendido, cobardía y vino, de ganarme su confianza. Así supe que no. Que tenía sus secretos y la vida no le sonreía como ella le sonreía a la vida. Así que no pude ya querer ser ella. Y me quedó quererla, nada más quererla. De una forma rara, avasallante pero ingenua. Con culpa e inocencia. Con una intensidad que diría que viene de otra vida, si no fuera porque es ella, y no yo, la que se permite creer en esas cosas.

jueves, 26 de julio de 2012

Vida paralela 1

Si no fuera yo, hoy le habría dedicado la mañana a algo productivo, como ver Mad Men, dormir un rato más, o escribir un libro (?).  Porque no tendría que haber pasado la mañana rescribiendo 32 veces un mail, preocupandome por la situación de mi pseudotrabajo y teniendo pesadillas en las que soy una mosca a la cual le descubren una microcámara en los ojos. (Sí, a mi inconsciente le van las metáforas baratas y las películas de espías). Si no fuera yo,  o ya no participaría de ese proyecto hace rato, o nunca me habría empezado a parecer turbio. O me sería indiferente y me permitiría responder los mails así nomás.
Si no fuera yo, más tarde habría llamado a L. No, mentira. Llamar es muy de novela, aunque no fuera yo y no odiara los teléfonos, no llamaría. Pero le habría mandado un mensaje. O un WhatsApp, en realidad. Somos gente moderna. Habriamos hablado un poco de cualquier cosa, y seguro nos habriamos visto a la noche, para contarnos unas vacaciones y una crisis personal que tenemos pendientes. O a lo mejor no; no se si podría. En mi papel de amiga desinteresada, no se si tiene las noches de los jueves libres.
Si no fuera yo, hubieramos escuchado música y hablado de películas porque toda persona normal puede hablar de música y de películas sin hacerse unas historias paranoicas sobre la impresión que está causando en el otro; y hubieramos hablado de nuestras vidas. (Eso sí que es algo que nunca, nunca hacemos en el mundo real. Cada cual sabe, cada cual respeta. De mi parte por algún mambito que tengo,  por el que hablo de mi vida con gente a la que no le importa, pero con alguien a quien podría importarle, nunca.)
Pero soy yo. Soy una persona que mantiene un raro trabajo AdHonorem con jefes un poco "insólitos" en algo que a esta altura ya comprobé que detesto (periodismo, ¿porqué no decirlo?), y que además se está poniendo turbio,  porque no quiero perderme el final de esa historia (la del proyecto turbio, sí). A lo mejor para poder contarla después.
Soy yo y tengo una rara regla de "no mandar mensajes porque sí". Y tengo una rara tendencia a hacer todo lo posible porque quedarme siempre haciendo cosas tan trascendentales como comer chocoarroz con dulce de leche arriba y mirar dulce amor.  Así que no estoy viendo las estrellas y escuchando música en el pasto del jardín de nadie (bua, con este frío?), sino que estoy acá, mirando una maratón de Dr. House que enganché fijandome si estaba la U.V.E, torturada por esa publicidad de un cubilete que hace un ruido martillante de cerebros que no podés cerrar sin que se cierren las descargas, pensando si hay algo tan rico en la heladera que valga la pena salir de la cama y bajar dos escaleras para buscarlo, y abriendo un blog paralelo, libre de mi nombre, de vinculación con mi verdadero mail y de conocidos. Para tratar de dejarme escribir libre. Por enésima vez.