siempre habrá una excusa
para escucharte respirar
espiando bien de cerca
el aire que enamora tu panza
nunca alcanzará la urgencia
para perderme de vos
para mentirnos del todo
para bancar una rutina
ayer no alcanzaron quince manos
para despertarme
para despertarte
para arriesgar la cama por un paraíso.
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