lunes, 10 de septiembre de 2012

Cajitas.

Era poesía, pero quiso blogger que fuera prosa. Lo cuidé de noche, Lo regué con agua, lo esperé sentada. Un día pestañé, ingenua lo perdí. -diablo. rebelde. amarillo. Extrañar. Te regué con miedo, me prestabas fuego, te até con alambre, aposté en mi euforia, fue poquito y perdí. -arlequín, atento, rompible, desear. Te pienso con susto, me acaparás la vida, te sueño en un mosaico, de luz en la cama, el mayor desquicio? ratita. imponente. riesgosa. querer. riesgosa, volar... riesgosa, jugar? Dice mi amiga, la colorada, que todos los hombres, del más bueno al más malo, del más lindo al más feo, del más tímido al más galán, tienen un amor en una cajita, que pulen un poquito todos los días. Yo también tengo mi cajita, aunque no es tan fija, habitantes tuvo más o menos 3. Algunos conocen las mariposas en el estómago, yo conozco la burbuja en la mente. Despertarte a la mañana, con todos los sentidos embotados, con una punzada de la garganta a los pies y con esa persona desperezándose adentro de todos los rincones de tu cuerpo, reclamándote en cada célula, bailándote en la cabeza, habitándote en la sangre, recorriéndote de una idea a otra y anclándote al piso, al cielo, a las vueltas, a la resignación, y otra vez de nuevo. Y lo conozco una, dos, tres, en todos los colores, en todas las variedades, límite no hay y yo soy el límite. Y mis dos personalidades se conjugaron en una, con corriente de río.

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